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Categoría: Fábulas

Los bienes y los males

Valiéndose de la debilidad de los Bienes, los Males los expulsaron de la Tierra, y los Bienes entonces subieron a los Cielos.

Una vez estando allí preguntaron a Zeus cuál debía ser su conducta con respecto a los hombres. Les respondió el dios que no se presentaran a los mortales todos en conjunto, sino uno tras otro.

Ésta es la razón por la que los Males, que viven continuamente entre los hombres, los asedian sin descanso, mientras que los Bienes, como descienden de los cielos, sólo se les acercan de vez en cuando.

Tengamos siempre presente que estamos continuamente acechados por los males para su acción inmediata, mientras que para recibir los bienes, debemos tener paciencia.

Vocabulario:

Asedian (de asediar): rodear. Acechados: vigilados.

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La zorra a la que se le llenó su vientre

Una zorra hambrienta encontró en el tronco de una encina unos pedazos de carne y de pan que unos pastores habían dejado escondidos en una cueva. Y entrando en dicha cueva, se los comió todos.

Pero tanto comió y se le agrandó tanto el vientre que no pudo salir. Empezó a gemir y a lamentarse del problema en que había caído.

Por casualidad pasó por allí otra zorra, y oyendo sus quejidos se le acercó y le preguntó qué le ocurría. Cuando se enteró de lo acaecido, le dijo:

– ¡Pues quédate tranquila hermana hasta que vuelvas a tener la forma en que estabas, entonces de seguro podrás salir fácilmente sin problema!

Con paciencia se resuelven muchas dificultades.

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El lobo y el cabrito encerrado

Protegido por la seguridad del corral de una casa, un cabrito vio pasar a un lobo y comenzó a insultarle, burlándose ampliamente de él. El lobo, serenamente le replicó:

— ¡Infeliz! Sé que no eres tú quien me está insultando, sino el sitio en que te encuentras.

Muy a menudo, no es el valor, sino la ocasión y el lugar, quienes realizan un enfrentamiento arrogante ante los poderosos.

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La zorra y la liebre

Dijo un día una liebre a una zorra:

– ¿Podrías decirme si realmente es cierto que tienes muchas ganancias, y por qué te llaman la «ganadora»?

– Si quieres saberlo -contestó la zorra-, te invito a cenar conmigo.

Aceptó la liebre y la siguió; pero al llegar a casa de doña zorra vio que no había más cena que la misma liebre. Entonces dijo la liebre:

– ¡Al fin comprendo para mi desgracia de dónde viene tu nombre: no es de tus trabajos, sino de tus engaños!

Nunca le pidas lecciones a los tramposos, pues tú mismo serás el tema de la lección.

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La corneja fugitiva

Un hombre cazó a una corneja, le ató un hilo a una pata y se la entregó a su hijo.

Mas la corneja, no pudiendo resignarse a vivir prisionera en aquel hogar, aprovechó un instante de libertad en un descuido para huir y tratar de volver a su nido. Pero el hilo se le enredó en las ramas de un árbol y el ave no pudo volar más, quedando apresada. Viendo cercana su muerte, se dijo:

– ¡Hecho está! Por no haber sabido soportar la esclavitud entre los hombres, ahora me veo privada de la vida.

Cuanto mayor son los valores que se buscan, mayores son los riesgos.

Vocabulario:

Corneja: pájaro de la misma especie que el cuervo, pero algo menor.

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El tordo

Un tordo picoteaba los granos de un bosquecillo de mirlos y, complacido por la dulzura de sus pepitas, no se decidía a abandonarlo.

Un cazador de pájaros observó que el tordo se acostumbraba al lugar y lo cazó con liga.

Entonces el tordo, viendo próximo su fin, dijo:

– ¡Desgraciado! ¡Por el placer de comer me he privado de la vida!

Nunca dejes que un momentáneo placer te cierre las puertas de por vida.

Vocabulario:

Tordo: pájaro de Europa, de lomo gris, acentuado, vientre blanco con manchas pardas y cobijas de color amarillo.

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El lobo y el perro

Se encontró un lobo con un corpulento perro sujeto por un collar, y le preguntó:

— ¿Quién te ha encadenado y quién te ha alimentado de esa forma?

— Mi amo, el cazador — respondió el perro.

— ¡Que los dioses nos libren a los lobos de semejante destino! Prefiero morir de hambre a tener que cargar tan pesado collar.

Vale más el duro trabajo en libertad, que el placer en esclavitud.

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El lobo y el cordero en el templo

Dándose cuenta de que era perseguido por un lobo, un pequeño corderito decidió refugiarse en un templo cercano.

Lo llamó el lobo y le dijo que si el sacrificador lo encontraba allí dentro, lo inmolaría a su dios.

— ¡Mejor así! — replicó el cordero — prefiero ser víctima para un dios a tener que perecer en tus colmillos.

Si sin remedio vamos a ser sacrificados, más nos vale que sea con el mayor honor.

Vocabulario

Perecer: Morir.

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Zeus y el pudor

Cuando Zeus modeló al hombre, le dotó en el acto de todas las inclinaciones pero olvidó dotarle del pudor.

No sabiendo por dónde introducirlo, le ordenó que entrara sin que se notara su llegada. El pudor se revolvió contra la orden de Zeus, mas al fin, ante sus ruegos apremiantes, dijo:

Está bien, entraré; pero a condición de que Eros no entre donde yo esté; si entra él, yo saldré enseguida.

Por eso los corrompidos, presas de Eros, no conocen el pudor.

Vocabulario:

Apremiante: inevitable, necesario.

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Prometer lo imposible

Un hombre pobre se hallaba gravemente enfermo. Viendo que no podrían los médicos salvarle, se dirigió a los dioses, prometiendo ofrendarles una hecatombe y consagrarles múltiples exvotos si lograba restablecerse. Le oyó su mujer, que lo acompañaba a su lado, y le preguntó:

– ¿Y de dónde sacarás tanto dinero para cubrir todo eso?

– ¿Y crees tú que los dioses me lo van a reclamar si me restableciera? -repuso el enfermo-.

Nunca hagas promesas que de antemano ya sabes que será imposible cumplirlas.

Vocabulario:

Hecatombe: matanza. Exvotos: ofrendas.

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