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El árbol y la flauta de pan

Enfundado entre bosques y envuelto en el misterioso halo de leyendas sobre duendes, hadas y otros habitantes de la oscuridad, hallábase el Gran Reino de Tharon, fortaleza que anidaba en su seno, además de un acogedor pueblo, y a un rey, a una reina y a su preciosa hija, la princesa Yalisa. Los habitantes de este reino eran gentes pacíficas y humildes que profesaban un gran amor por sus reyes y éstos compartían su afecto por tan admirada gente.

Así transcurrieron años felices de buena cosecha y sin guerras en esta preciosa villa. Pero un día en un castillo vecino llamado Crew unos malvados asaltaron por sorpresa el castillo y mataron a los reyes y al príncipe heredero, cuyo cuerpo no volvió a aparecer. Los habitantes de aquel pueblo fueron esclavizados. La gente de Tharon estaba atemorizada pensando que esos malvados podrían llegar a su aldea, pero pasaron los meses con total tranquilidad y la gente se fue olvidando de este trágico suceso, aunque corrían por las calles un montón de leyendas sobre el príncipe desaparecido, el cual se hallaba embrujado en el bosque, según se decía.

Sólo transcurrieron tres meses más de paz ya que una noche en la que la pequeña villa dormía tranquila, unos villanos asaltaron el castillo. Todo sucedió mientras la princesa Yalisa dormía en su torre. De pronto oyó ruidos y voces y al asomarse a la ventana vio a unos hombres vestidos de negro que luchaban contra la guardia real. Esto salvó sus vidas ya que los asaltantes fueron entretenidos lo suficiente como para que Yalisa y sus padres pudieran escapar por los pasadizos del castillo y echar a correr posteriormente por la espesura del valle, cubierto de niebla aquella noche, lo que les permitía una mayor seguridad. Al llegar al bosque la princesa Yalisa se percató de que ya no oía las pisadas de sus padres ni veía sus sombras reflejadas por la tenebrosa luna. Pensó que no podían estar muy lejos y se volvió para buscarles pero entre la densidad de la niebla divisó a sus perseguidores cargados de antorchas que se iban acercando. La pobre princesa no sabía donde buscar a sus padres, pensó en gritar sus nombres pero eso la delataría ante las antorchas que, cada vez más, iluminaban el bosque. La solución era esconderse pero no encontraba ninguna cueva y ningún saliente de roca para esperar agazapada que los malvados villanos pasaran de largo. Así pasó unos interminables minutos hasta que descubrió un hueco en un tronco de árbol y sin pensarlo más se metió dentro esperando no ser encontrada, pero para su sorpresa el tronco se cerró inmediatamente después de que ella entrase.

«¡Oh, no!-pensó angustiada la princesa-seguro que los villanos han instalado trampas en el bosque y he caído en una de ellas.»

Inmediatamente después oyó las voces de los villanos que seguían buscándola y maldecían por no haberla encontrado.

Al rato ya no oyó las voces de sus perseguidores mas oyó una voz profunda que parecía salir del corazón de aquel árbol que le decía:

«Hermosa princesa, porque vos sois princesa a buen seguro por las ropas que lleváis, ¿acaso estáis en apuros?»

La princesa respondió aliviada al ver que el árbol no tenía nada que ver con los malvados villanos que querían apresarla:

«Sí, noble árbol, esos malhechores quieren matarme por lo que os ruego que me escondáis aquí unos días más ya que me perdí en el bosque y no puedo regresar al castillo porque, sabe Dios, qué estarán haciendo con mis gentes y que harán conmigo si vuelvo allí.»

«Tranquilizaos, bella princesa, aquí no habréis de temer nada.-respondió la misteriosa voz- Lo único que os pido a cambio es que, cuando yo os lo pida, toquéis para mí esta flauta de pan.»

«Haré por vos lo que me pidáis, árbol de gran corazón.» dijo la princesa sellando el pacto.

Así pasaron unos meses. Yalisa vivía en el bosque, recogía bayas y frutos silvestres e iba a coger agua del río y por la noche se metía en el tronco del árbol y a su paso éste se cerraba hasta la mañana siguiente dándola una seguridad y una protección increíbles que la princesa agradecía dotando al árbol de todos los cuidados. Yalisa estaba a gusto allí aunque el recuerdo de sus padres la hiciera llorar cada noche y sentía de madrugada las voces de los villanos que estaban buscándola para acabar con su vida. Poco a poco la primavera llegó y a su paso trajo el amor entra Yalisa y el árbol, quienes se amaban en secreto.

Un día cuando Yalisa se fue a buscar agua al río oyó unas voces que provenían de la otra orilla. Su instinto la hizo ocultarse entre unos matorrales pero cuando las figuras se acercaron pudo comprobar que eran sus padres que volvían a buscarla. La princesa no se lo pensó dos veces y corrió junto a ellos. Los reyes abrazaron y besaron a la niña durante un buen rato y las lágrimas corrían rápidas por sus mejillas.

«Hija mía, creíamos que te habíamos perdido para siempre» gimoteaba la reina. «Dios es misericordioso y ha escuchado mis súplicas. En cuanto lleguemos a Tharon mandaré edificar una iglesia dedicada al Dios misericordioso que hizo que recuperáramos a nuestra hijita»

Cuando se serenaron Yalisa les pidió volver a Tharon pero los reyes dijeron que tenían noticias de que Tharon aún seguía siendo saqueado por los villanos y que no podían volver. La reina habló de ir a otra villa cercana, Asterville, donde reinaba su hermana ya que los villanos no les encontrarían allí pero para ello habían de cruzar las montañas y era un camino peligroso y largo. Yalisa les contó la historia de su exilio, les habló del árbol, de su promesa,…

Al ver el árbol que el tiempo transcurría y que Yalisa no volvía del río, decidió salir a buscarla. El espíritu del árbol salió de su cuerpo y fue a buscar a la princesa, a quién encontró concretando un plan de huida junto con sus padres. El árbol triste y abatido decidió vagar por el bosque en señal de duelo puesto que su amada princesa se iba a ir traicionándolo y dejándole sólo. El pobre árbol no podía volver a su cuerpo, el lugar donde albergó y amó en secreto a su princesa.

Mientras, Yalisa pidió a sus padres volver para despedirse del árbol a quién apreciaba mucho puesto que le había salvado la vida durante todos estos meses. Sus padres la insistieron mucho en que estaba en peligro. Además caía la noche y los villanos cruzarían el bosque, una noche más ,en su busca. Yalisa accedió pero cuando pasó el río les dijo a que no podía romper su promesa de tocar la flauta de pan al árbol y además éste estaría muy preocupado por su retraso. Sus padres se entristecieron mucho, pero aconsejaron a su hija escuchar la voz de su conciencia y puesto que había sobrevivido durante tantos me
ses sabían que allí estaría segura. Al final Yalisa decidió quedarse en el árbol y sus padres prometieron venir en su busca tan pronto como llegaran al castillo de Asterville. Así fue como se despidió de sus padres y con lágrimas en los ojos regresó al árbol. Ya era media noche y se oían los gritos lejanos de los villanos que bajaban al bosque a buscarla. Yalisa entró en el árbol pero para su sorpresa su tronco no se cerró tras de ella. Yalisa, sorprendida, suplicó al árbol que se cerrara, que la protegiera una vez más pero no obtuvo respuesta. La princesa gritaba y chillaba desesperadamente mientras oía las voces, ya cercanas, de los villanos.

«Árbol, mi árbol, ¿dónde estás?. Por favor regresa, regresa y protégeme. Amado árbol ¿dónde te escondes?»

El árbol que ya se alejaba por el bosque oyó los gritos de Yalisa y, guiado por su corazón, fue a socorrer a la niña que se encontraba muy cerca de sus agresores ya que sus gritos la delataron. El espíritu del árbol regresó justamente cuando un villano gritó:

«Ahí se esconde lo que buscamos.»

Yalisa se adentró en el árbol en un último esfuerzo y para su sorpresa esta vez el tronco se cerró tras de sí. Yalisa le dio las gracias al árbol y le preguntó por qué se había marchado. El árbol, con dolor en sus palabras le respondió:

«Salí a buscaros al ver que vos no regresabais y vi cómo os alejabais con vuestros padres sin ni siquiera despediros de mí ni cumplir vuestra promesa. Entonces decidí vagar por el bosque y llorar tu ausencia» .

«Pero, mi amado árbol, ¿cómo pudisteis pensar que os iba a abandonar, tanto dolor os produciría mi ausencia?», preguntó la princesa.

«Tanto dolor como la muerte» respondió el árbol.

Al terminar estas palabras oyeron las voces de los villanos que llegaban al árbol «¡Allí se escondió!»- gritaba el villano que descubrió a Yalisa, que además parecía se el jefe de esos malvados hombres vestidos de negro.

«¿Qué vamos a hacer?»-preguntó Yalisa asustada.

«Sólo hay una forma de salir de aquí; si en verdad vos me queréis y sentís amor puro por mí tocad la flauta de pan»

Tras dudar, la princesa Yalisa tocó una bella melodía con la flauta y para su sorpresa la figura del árbol se fue desvaneciendo. En su lugar fue apareciendo la figura de un apuesto muchacho vestido con ropas de príncipe. El príncipe tenía en sus brazos a Yalisa a quién dejó en el suelo delicadamente. Luego desenvainó su espada y luchó contra los villanos quienes perecieron ante el poder de su espada. Tras acabar con los malhechores el príncipe tendió la mano de Yalisa quién, después de mucho esfuerzo, logró preguntar al príncipe que quién era y que había pasado con el árbol. El príncipe la respondió:

» Yo soy Sigfrido, príncipe de Crew. Un día estos malvados villanos entraron por sorpresa en mi castillo y mataron a las gentes del pueblo. El mago real y yo logramos escapar hasta aquí pero el mago, que era muy anciano, murió en el trayecto, pero para protegerme, antes de morir , me hechizó y me convirtió en un árbol y me dio su flauta de pan y una espada ante la que sucumbirían todos mis enemigos . El hechizo duraría hasta que una mujer que me quisiera de verdad tocara la flauta mágica, y al hacerlo, la melodía fuera tan hermosa como para deshacer el hechizo que me mantenía preso.»

«Pero yo no se tocar la flauta de pan»-alegó la princesa.

«La melodía que buscaba era la del corazón y tu corazón me ha dedicado la más delicada melodía que se ha compuesto jamás-respondió el príncipe- pero ahora debemos darnos prisa e ir a buscar a tus padres para decir a todas las gentes que ya no habrá mas guerras en este reino»

Los príncipes se montaron en un caballo que los villanos habían dejado atado en un árbol y llegaron al castillo de Asterville, donde se ocultaban los padres de Yalisa. Al recibir la noticia se pusieron muy contentos y volvieron a Tharon, ahora medio destruido, y vieron cómo los villanos habían esclavizado a sus gentes, como había sucedido anteriormente en Crew. Al ver a sus reyes las gentes de Tharon se pusieron muy contentos y se celebró una gran fiesta en honor a los monarcas y a su príncipe invitado.

A la mañana siguiente el príncipe debía partir a Crew para volver a reinar como lo habían hecho sus padres antes de su muerte. Pero al despedirse de la princesa, ésta no pudo contener las lágrimas y le preguntó:

«¿Os he de perder otra vez, noble caballero?»

A lo que el príncipe respondió:

«No pensaba reinar sólo, además, creo que Crew necesita una reina. ¿Os gustaría casaros conmigo?»

Unos meses después se celebraba una boda en Tharon para inaugurar una iglesia construida en honor a la misericordia de Dios, tal y como mandó el rey quién aseguraba que fue esa misericordia la que le devolvió a su hija. Los contrayentes de aquella boda fueron el príncipe Sigfrido de Crew y la princesa Yalisa de Tharon, quienes reinaron felices en el pueblo de Crew, cuyo escudo ahora lleva un árbol y una flauta de pan en honor a sus reyes.

FIN

De Nela