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Hércules y el boyero

Conducía un boyero una carreta hacia una aldea, y la carreta se despeñó a un barranco profundo.

El boyero, en lugar de ayudar a los bueyes a salir de aquel trance, se quedó allí cruzado de brazos, invocando entre todos los dioses a Hércules, que era el de su mayor devoción. Llegó entonces Hércules y le dijo:

– ¡Toma una rueda, hostiga a los bueyes y no invoques a los dioses si no hay esfuerzo de tu parte!

– Si no lo haces así, nos invocarás en vano.

La oración debe acompañarse siempre previamente de la acción.

Vocabulario:

Hostiga (de hostigar): dar latigazos. Invoques (de invocar): llamar a uno en su auxilio. Boyero: el que guarda los bueyes o los conduce.