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Etiqueta: ayuda

El perro y el carnicero

Penetró un perro en una carnicería, y notando que el carnicero estaba muy ocupado con sus clientes, cogió un trozo de carne y salió corriendo. Se volvió el carnicero, y viéndole huir, y sin poder hacer ya nada, exclamó:

— ¡Oye amigo, allí donde te encuentre, no dejaré de mirarte!.

No esperes a que suceda un accidente para pensar en cómo evitarlo.

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El pastor y el mar

Un pastor que cuidaba su rebaño en las costas, veía al mar muy calmado y suave, y planeaba con hacer un viaje de comercio. Entonces vendió todo su rebaño, lo invirtió en un cargamento de dátiles, y se echó a la mar. Pero vino una fuerte tempestad, y estando en peligro de hundirse la nave, tiro por la borda toda la mercancía, y escasamente escapó con vida en la barca vacía. No mucho tiempo después cuando alguien pasaba y observaba la ordenada calma del mar, él le interrumpía y le decía: -De nuevo está el mar deseando dátiles y por eso luce calmado.

Nunca generalices conclusiones basándote en un solo suceso.

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El murciélago y el jilguero

Un jilguero encerrado en una jaula colgada en una ventana cantaba de noche. Oyó un murciélago desde lejos su voz, y acercándosele, le preguntó por qué cantaba sólo de noche.

— No es sin razón — repuso — porque de día cantaba cuando me atraparon, pero desde entonces aprendí a ser prudente.

— ¡Pues no es ahora cuando debías serlo, pues ya estás bien enjaulado, sino debió haber sido antes de que te capturaran! — replicó el murciélago.

La prudencia es para vivirla antes de caer en el error, no para después de la desgracia.

Vocabulario:

Jilguero: Pájaro de bonito canto. Milano: Pájaro que se alimenta de animales pequeños.

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El milano y la gaviota

Tragó una gaviota un pez demasiado grande y le estalló la garganta, quedando muerta a la orilla de la playa. La vio un milano y dijo:

— Tienes tu merecido, porque sabiendo de tu capacidad, abusaste de lo que te estaba permitido.

Sabiendo cuales son tus capacidades, nunca intentes sobrepasarlas si no te has preparado para ello.

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El milano que quiso relinchar

Tuvo antiguamente el milano otra voz, una voz penetrante. Pero oyó un día a un caballo relinchar admirablemente, y lo quiso imitar. Pero a pesar de todos sus intentos, no logró adoptar exactamente la voz del caballo y perdió además su propia voz. Así, quedó sin la voz del caballo y sin su voz antigua.

Nunca te dispongas a imitar las cualidades ajenas si no tienes la preparación y condiciones adecuadas para hacerlo, puedes quedar como un vulgar y fracasado envidioso.

Vocabulario

Milano: Pájaro que se alimenta de roedores.

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El lobo y la grulla

A un lobo que comía un hueso, se le atragantó el hueso en la garganta, y corría por todas partes en busca de auxilio.

Encontró en su correr a una grulla y le pidió que le salvara de aquella situación, y que enseguida le pagaría por ello. Aceptó la grulla e introdujo su cabeza en la boca del lobo, sacando de la garganta el hueso atravesado. Pidió entonces la cancelación de la paga convenida.

— Oye amiga — dijo el lobo — ¿No crees que es suficiente paga con haber sacado tu cabeza sana y salva de mi boca?

Nunca hagas favores a malvados, traficantes o corruptos, pues mucha paga tendrías si te dejan sano y salvo.

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El lobo y la cabra

Encontró un lobo a una cabra que pastaba a la orilla de un precipicio. Como no podía llegar a donde estaba ella le dijo:

— Oye amiga, mejor baja pues ahí te puedes caer. Además, mira este prado donde estoy yo, está bien verde y crecido. Pero la cabra le dijo:

— Bien sé que no me invitas a comer a mí, sino a tí mismo, siendo yo tu plato.

Conoce siempre a los malvados, para que no te atrapen con sus engaños.

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El lobo y el perro dormido

Dormía plácidamente un perro en el portal de una casa. Un lobo se abalanzó sobre él, dispuesto a darse un banquete, cuando en eso el perro le rogó que no lo sacrificara todavía.

— Mírame, ahora estoy en los huesos — le dijo — espera un poco de tiempo, ya que mis amos pronto van a celebrar sus bodas y como yo también me daré mis buenos atracones, me engordaré y de seguro seré un mucho mejor manjar para tu gusto.

Le creyó el lobo y se marchó. Al cabo de algún tiempo volvió. Pero esta vez encontró al perro durmiendo en una pieza elevada de la casa. Se detuvo al frente y le recordó al perro lo que habían convenido. Entonces el perro repuso:

— ¡Ah lobo, si otro día de nuevo me ves dormir en el portal de la casa, no te preocupes por esperar las bodas!

Si una acción te lleva a caer en un peligro, y luego te logras salvar de él, recuerda cual fue esa acción y evita repetirla para no volver a ser su víctima.

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El lobo y el pastor

Acompañaba un lobo a un rebaño de ovejas pero sin hacerles daño. Al principio el pastor lo observaba y tenía cuidado de él como un enemigo. Pero como el lobo le seguía y en ningún momento intentó robo alguno, llegó a pensar el pastor que más bien tenía un guardián de aliado.

Cierto día, teniendo el pastor necesidad de ir al pueblo, dejó sus ovejas confiadamente junto al lobo y se marchó.

El lobo, al ver llegado el momento oportuno, se lanzó sobre el rebaño y devoró casi todo.

Cuando regresó el pastor y vio todo lo sucedido exclamó:

— Bien merecido lo tengo; porque ¿De dónde saqué confiar las ovejas a un lobo?

Nunca dejes tus valores al alcance de los codiciosos, no importa su inocente apariencia.

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