La reina Kreid y su esposo, el rey Kroack, reinaban Keylandia, un lugar muy hermoso con una cascada encantada de donde surgía una leyenda del rey Kroack. La leyenda consistía en que hace muchos años el rey Kroack era un sapo que encanto una malvada bruja y hasta que una linda reina lo besara tiernamente se volvería a convertir en rey. Se dice que este hechizo se rompió al besarlo la reina Kreid. Todos cuentan en ese lugar que es cierta esta leyenda, pues al rey le encanta usar trajes de color verde y visita muy seguido la cascada encantada, además de que su nombre es Kroack (…los sapos hacen Kroack, Kroack…).
Días después la princesa Kristal salió a pasear acompañada de su hada, la mariposa; fueron a la hermosa cascada. En el camino, Kristal se compró un helado de limón y se fue a sentar en una banca que había en aquel lugar. De pronto un apuesto príncipe paso cerca de ella, Kristal se sonrojo y derramó su helado en el hermoso vestido que traía. El apuesto príncipe se acerco a ella y trato de ayudarla limpiándola con su pañuelo, pero como Kristal se avergonzó por aquel suceso le dijo que no era necesaria su ayuda. El apuesto príncipe al escuchar eso de ella se marcho dejándole su pañuelo. Kristal suspiró al verlo ir y tomó el pañuelo dándose cuenta de que en una esquina decía el nombre del príncipe y lo leyó en voz baja… -Kaím-.
Kristal se fue corriendo a su castillo y en el camino comenzó a llorar, se sentía muy apenada y avergonzada con aquel príncipe. El hada estaba desconcertada con lo que le pasaba a Kristal y decidió preguntarle que tenía.
-¿Qué tienes Kristal?
-Nada, no quiero hablar con nadie
-Ni conmigo que soy tu hada
-No, ni contigo
-A ver Kristal pareces niña chiquita, ya dime que te sucede
-Está bien te diré. Hace un rato, cuando fuimos a la cascada, un apuesto príncipe pasó por ahí y yo, al verlo, derrame el helado que me comía
-Y eso es tan grave como para que llores
-Sí, que no te das cuenta la pena que me dio
-Me imagino que el te vio y corriste hacía acá ¿verdad?
-Por supuesto, no iba a quedarme ahí más tiempo
-Ya no llores Kristal, mejor ve y cámbiate porque tienes que bajar a comer con tus padres, recuerda que tienen visitas hoy.
-Sí, por poco lo olvidaba.
La princesa más tranquila, se fue a cambiar y guardó el pañuelo entre su ropa y después bajó para recibir a los invitados de sus padres.
Cuando vio llegar a los invitados se dio cuenta de que era el apuesto príncipe que había visto en la tarde con su familia, los reyes de Kroelandia. Kristal se quedó tan sorprendida que pidió que la disculparan un momento, dijo que iría a tomar un poco de aire. El príncipe Kaím se ofreció a acompañarla y Kristal, como era de esperarse, se negó, pero Kaím insistió y a Kristal no le quedó de otra que aceptar.
Se fueron al jardín y ahí comenzaron a platicar acerca del suceso de aquella tarde. De pronto Kristal recordó que ya conocía a Kaím pero que tenía muchos años que no se veían y se lo comento a Kaím. Kaím le dijo que era precisamente lo que le quería decir en la cascada en donde se encontraron.
2 meses después
Pasaron dos meses en donde Kaím y Kristal salieron varias veces. Un día llegó Kaím con un ramo de rosas y le pidió a Kristal que fuera su novia. Kristal acepto inmediatamente.
Ellos estuvieron saliendo como novios por dos meses más hasta que Kaím le dijo a Kristal que ya no podía más, que no podía vivir sin ella y le pidió delante de los sus padres que se casara con ella. Kristal sonrió y le dijo que sí, que nada la hacía más feliz que ser su esposa.
Kaím se alegró tanto que le pidió a Kristal que preparara todo lo necesario y que todo lo que ella quisiera se lo compraría.
Kristal le dijo que no quería muchas cosas sólo lo necesario. Le pidió que tomaran clases de baile juntos. Kaím no tenía muchas ganas, a él no le gustaba bailar, pero decidió hacerlo por su amada Kristal. Las clases comenzaron enseguida porque se querían casar de inmediato. La boda seria en 2 meses.
Kaím no ponía mucho empeño de su parte, cosa que le molestó demasiado a Kristal. Ella se fue un poco molesta ese día de ahí y le pidió a Kaím que la llevara de inmediato a su castillo.
Al dejarla en su castillo, Kaím se retiró de ahí un poco triste por que Kristal se estaba portando muy indiferente con él. Mientras tanto Kristal salió a comprar varias cosas que le hacían falta para su boda. En el camino se encontró con un hombre, por cierto muy guapo, llamado Kevin. De pronto comenzaron a platicar y se hicieron buenos amigos, tanto que se veían diario. Kristal no le dijo nada a Kaím porque no quería que se enojara, además tampoco le dijo a Kevin que estaba comprometida.
Pasó un mes en donde Kristal y Kevin se veían diario. Ellos tenían muchas cosas en común y se la pasaban tan bien que a Kristal se le olvidó comprar las cosas que necesitaba para su boda. Kevin le comento a Kristal que era tan bella que ya se había enamorado de ella. De pronto se acerco a ella y ¡zaz! La besó. Kristal se puso tan nerviosa y confundida que le dijo a Kevin que ella estaba comprometida con Kaím y que en una semana se casaría con él. Kevin se enojó por tal motivo que se fue sin decirle nada a Kristal. La princesa estaba muy triste y se sentía culpable y no sabía como decírselo a Kaím.
Kristal fue corriendo al castillo de Kaím a decirle la verdad. A Kaím no le importó lo que le dijo ya que él sabía que ella lo amaba tanto como él a ella. Kristal aún seguía confundida y decidió cancelar la boda. Kaím intentó hacer algo pero todo fue inútil. Kristal no cambio de opinión.
Pasaron varios días, la boda fue cancelada, Kaím decidió irse de Keylandia y regresarse a Kroelandia, su país. Kristal estaba tan triste por la decisión tan drástica que había tomado que fue a buscar a Kaím pero este ya no estaba. Kristal se regreso muy triste a su castillo y al llegar encontró un enorme ramo de rosas y un globo que tenía escrito lo siguiente:
/> KRISTAL TE AMO TANTO QUE NO PUEDO VIVIR SIN TI ¿TE QUIERES CASAR CONMIGO?
atte.: Kaím
Una enorme sonrisa invadió el hermoso rostro de Kristal. De pronto apareció Kaím con un anillo de diamantes. Kristal inmediatamente le dijo que Sí. Ella no dejaba de pedirle perdón por lo sucedido y también por la terrible decisión que tomó de cancelar la boda.
Al día siguiente se casaron y fueron felices por siempre…
… y Kevin, que hay de él. No se supo nada de él por un tiempo.
Bueno ahora si… vivieron felices para siempre… o ¿No? Esperemos que sí.
Categoría: Cibercuentos, Cuentos Infantiles y Juveniles