Twitter response:

Etiqueta: leyenda

Cuento El fiel Juan
Érase una vez un anciano Rey, se sintió enfermo y pensó: «Sin duda es mi lecho de muerte éste en el que yazgo». Y ordenó:

– Que venga mi fiel Juan.

Era éste su criado favorito, y le llamaban así porque durante toda su vida había sido fiel a su señor. Cuando estuvo al pie de la cama, díjole el Rey:

(más…)

Cuento El féretro de cristal
Nadie diga que un pobre sastre no puede llegar lejos ni alcanzar altos honores. Basta para ello que acierte con la oportunidad, y, esto es lo principal, que tenga suerte.

Un oficialillo gentil e ingenioso de esta clase, se marchó un día a correr mundo. Llegó a un gran bosque, para él desconocido, y se extravió en su espesura. Cerró la noche y no tuvo más remedio que buscarse un cobijo en aquella espantosa soledad. Cierto que habría podido encontrar un mullido lecho en el blando musgo; pero el miedo a las fieras no lo dejaba tranquilo, y, al fin, se decidió a trepar a un árbol para pasar en él la noche. Escogió un alto roble y subió hasta la copa, dando gracias a Dios por llevar encima su plancha, ya que, de otro modo, el viento, que soplaba entre las copas de los árboles, se lo habría llevado volando.

(más…)

El Castillo de irás y no volverás

«Leyenda Española»

Érase que se era un pobrecito pescador que vivía en una choza miserable acompañado de su mujer y tres hijos, y sin más bienes de fortuna que una red remendada por cien sitios, una caña larga, su aparejo y su anzuelo.

Una mañana, muy temprano, salió el pescador camino de la playa con el estómago vacío, la cabeza baja, descorazonado, y cargado con los trebejos de pescar.

A medida que andaba, el cielo se iba ennegreciendo y cuando llegó al lugar donde acostumbraba a pescar observó que se había desencadenado una horrorosa tempestad.

(más…)

El zorro y el caballo

Un granjero tenía un Caballo leal que se había hecho viejo y ya no podía trabajar. Así que su dueño no le dio más de comer y le dijo:

– Ya no te puedo utilizar más, pero todavía te quiero, si pruebas ser lo bastante fuerte como para traerme un León, te cuidaré. Pero ahora vete de mi establo. –

Y así lo hecho a campo abierto. EL Caballo estaba triste, y fue al bosque para conseguir un poco de refugio contra las inclemencias del tiempo. Entonces el Zorro se encontró con él y le dijo:

– ¿Por qué estás tan cabizbajo y sólo? –

(más…)

La Befana
La Befana es una típica figura del folclore de algunas partes de Italia. Su nombre deriva de la palabra epifanía, a cuya festividad religiosa está unida la figura de la Befana. Pertenece por tanto a las figuras folclóricas, repartidoras de regalos, vinculadas a las festividades navideñas.
Una befana volando con su saco de dulces y regalos
La leyenda sostiene que la Befana visita a los niños la noche anterior a la epifanía (6 de enero) para rellenar los calcetines, colgados a tal fin por los niños esa noche, si han sido buenos con caramelos y chocolatinas, en cambio si han sido malos los rellena de carbón. A menudo la Befana es descrita como una anciana, que vuela sobre una escoba. A diferencia de una bruja suele estar sonriente y tiene una bolsa o un saco lleno de dulces, regalos, pero también de carbón.

Según el cuento popular, los Reyes Magos, de camino a Belén para llevar sus presentes al Niño Jesús, al no conseguir encontrar el camino correcto, pidieron ayuda a una anciana. A pesar de la insistencia de éstos para que les siguiese en su visita al pequeño, la mujer no salió de casa para acompañarlos.

Más tarde, al arrepentirse de no haber ido con ellos, y tras preparar un cesto con dulces, salió de casa y se puso a buscarlos, sin conseguirlo.

De esta forma se paró en cada casa que encontraba a lo largo del camino, dando chucherías a los niños que encontraba, con la esperanza de que alguno de ellos fuese el pequeño Jesús.

Desde entonces vagaría por el mundo haciendo regalos a todos los niños para hacerse perdonar.

Dibujo de una Befana

(más…)

El acertijo
Érase una vez el hijo de un rey, a quien entraron deseos de correr mundo, y se partió sin más compañía que la de un fiel criado. Llegó un día a un extenso bosque, y al anochecer, no encontrando ningún albergue, no sabía dónde pasar la noche. Vio entonces a una muchacha que se dirigía a una casita, y, al acercarse, se dio cuenta de que era joven y hermosa. Dirigióse a ella y le dijo:

– Mi buena niña, ¿no nos acogerías por una noche en la casita, a mí y al criado?

– De buen grado lo haría -respondió la muchacha con voz triste-; pero no os lo aconsejo. Mejor es que os busquéis otro alojamiento.

(más…)