Twitter response:

Etiqueta: mitos

Carbonilla
Carbonilla es un personaje de la mitología navideña. Supuestamente sería uno de los pajes de los Reyes Magos, encargado de vigilar a los niños durante todo el año para saber si han sido buenos o malos.

Carbonilla sería el encargado de decir a los Reyes, y con el paso de los años también a Santa Claus, qué niños merecían juguetes y cuáles no. Por eso, cada vez que un niño se portaba mal, los padres le advertían que en lugar de los Reyes o Santa Claus, le visitaría Carbonilla y que le traería carbón en lugar de sus juguetes.

(más…)

El Esteru
El Esteru es un personaje navideño originario de Cantabria.

Se trata de un leñador perteneciente a la mitología cántabra que durante el día de Navidad lleva regalos a los hogares de la región. Se ha recogido documentación sobre esta creencia en lugares de Asturias como Llanes y en los pueblos cántabros de Cobijón (Udías) y Ruiseñada (Comillas), municipio este último donde el Esteru goza de gran popularidad y aparece todos los años en su Cabalgata de Reyes. Es por tanto, junto a las anjanas, uno de los símbolos más representativo de las navidades en Cantabria.
El Esteru en su carroza, tirada por su burru
Cuentan algunas personas mayores del Valle de Ruiseñada en Comillas que hace muchos años en los bosques de Cantabria un hada buena se encontraba peinándose en el río y unos diminutos duendes empezaron a gritar y alborotar tanto que el hada se acercó y los trastolillos la dijeron:

-«Es un bebé, un bebé humano», «¿por que lo dejaron aquí?» -preguntaban.

-«No sé» -dijo el Hada- «en ocasiones es difícil comprender a los humanos».

-«Desde ahora» -dijo el Hada al niño- «te llamaremos Esteru, y te daré los regalos de Valentía y Bondad durante toda tu vida».

Y cogiendo al bebe lo llevó a la casita de un matrimonio que vivía en el bosque y no tenían hijos. Y durante muchos años Esteru creció feliz con sus padres adoptivos, cada día ayudaba a su padre cortando y haciendo coloños de madera para venderlos por los pueblos. Después de muchos años los padres de Esteru se murieron y el se quedo muy triste y solo, se fue haciendo viejo y se entretenía en hacer figurillas de madera que luego llevaba con su burru como regalo a los niños de los pueblos que visitaba. Esteru era muy querido por los niños, especialmente en uno de los pueblos donde vivían varios niños huérfanos en una casa de acogida que visitaba siempre que podía. Y así todos los años, pero un día una galerna que asoló los pueblos y montañas de Cantabria, destrozó muchos tejados y ventanas y Esteru que se dirigía al pueblo, al llegar vio como un rayo caía en la casa de los niños huérfanos y esta empezó a arder en llamas. Esteru dejó a su burru, corrió rápidamente a la casa y cubrió a los niños, que estaban aterrados, con mantas y los hizo salir por una ventana. Pero al tratar de salir él, una enorme viga le cayó encima y cayó tendido con gran dolor y su corazón dejo de latir, en ese momento su burru comenzó a rebuznar insistentemente. Las personas y niños que contemplaban la escena no pudieron hacer nada y se echaron a llorar. Pero en ese momento una enorme y brillante luz les sorprendió a todos desde el interior de la casa. Nadie podía ver lo que sucedía dentro. Pero dentro de la casa el hada buena que había encontrado a Esteru cuando era un bebé, apareció junto a él y le susurró:

«¡Esteru! ¡Esteru!. Y empezó a decirle ¡Esteru!, tú has sido bueno en vida y con un gran corazón, has dado tu vida por los demás. Por eso no quiero que mueras y quiero que vivas para siempre, de ahora en adelante tú harás los juguetes para los niños de Cantabria.

«¡¡Y nosotros te ayudaremos!!» dijeron todos los enanucos.

Y desde entonces todas las navidades, Esteru recorre todos los rincones de Cantabria con su burru repartiendo juguetes y regalos a los niños para que sean felices.

(más…)

Hombre de las narices
Cabezudo que representa el hombre de las naricesEl hombre de las narices (en catalán, home dels nassos) es un personaje de la mitología catalana que tiene tantas narices como los días que quedan del año (es decir, cada día que pasa pierde una nariz). Sólo se le puede ver a fin de año, el día 31 de diciembre.

Tradicionalmente, los adultos suelen explicar a los niños que el último día del año sale el hombre de las narices y ellos suelen imaginar un personaje estrafalario con 365 narices en la cara, sin pensar que el 31 de diciembre ya sólo le queda una. Actualmente, en algunas ciudades o pueblos se organiza un pasacalle con un cabezudo representando al hombre de las narices.

En los pueblos más pequeños, se decía que aparecía en la iglesia para beberse la pila de agua bendita.

En Barcelona era tradición encontrarlo a las 12 en punto del 31 de diciembre en la plaza del Palau, delante de la Llotja, sobre una tarima para que todos pudiesen verlo cubrirse con unas cuantas docenas de sábanas las 365 narices que se suponía que tiene por todo el cuerpo, ya que no le caben en la cara.

Hombre de las narices de La Rioja, aparece el día 1 de Ene3ro con todas las naricesSumándose a estas tradiciones, se encuentra la de Arnedo, en La Rioja, que también alimentaba la leyenda del hombre con tantas narices como días tiene el año y que, por el contrario a lo que ocurre en la tradición catalana que habla del día 31, acostumbraba a pasear por la localidad el día 1 de enero, según los viejos del lugar.

(más…)