Se trata de un leñador perteneciente a la mitología cántabra que durante el día de Navidad lleva regalos a los hogares de la región. Se ha recogido documentación sobre esta creencia en lugares de Asturias como Llanes y en los pueblos cántabros de Cobijón (Udías) y Ruiseñada (Comillas), municipio este último donde el Esteru goza de gran popularidad y aparece todos los años en su Cabalgata de Reyes. Es por tanto, junto a las anjanas, uno de los símbolos más representativo de las navidades en Cantabria.
Cuentan algunas personas mayores del Valle de Ruiseñada en Comillas que hace muchos años en los bosques de Cantabria un hada buena se encontraba peinándose en el río y unos diminutos duendes empezaron a gritar y alborotar tanto que el hada se acercó y los trastolillos la dijeron:
-«Es un bebé, un bebé humano», «¿por que lo dejaron aquí?» -preguntaban.
-«No sé» -dijo el Hada- «en ocasiones es difícil comprender a los humanos».
-«Desde ahora» -dijo el Hada al niño- «te llamaremos Esteru, y te daré los regalos de Valentía y Bondad durante toda tu vida».
Y cogiendo al bebe lo llevó a la casita de un matrimonio que vivía en el bosque y no tenían hijos. Y durante muchos años Esteru creció feliz con sus padres adoptivos, cada día ayudaba a su padre cortando y haciendo coloños de madera para venderlos por los pueblos. Después de muchos años los padres de Esteru se murieron y el se quedo muy triste y solo, se fue haciendo viejo y se entretenía en hacer figurillas de madera que luego llevaba con su burru como regalo a los niños de los pueblos que visitaba. Esteru era muy querido por los niños, especialmente en uno de los pueblos donde vivían varios niños huérfanos en una casa de acogida que visitaba siempre que podía. Y así todos los años, pero un día una galerna que asoló los pueblos y montañas de Cantabria, destrozó muchos tejados y ventanas y Esteru que se dirigía al pueblo, al llegar vio como un rayo caía en la casa de los niños huérfanos y esta empezó a arder en llamas. Esteru dejó a su burru, corrió rápidamente a la casa y cubrió a los niños, que estaban aterrados, con mantas y los hizo salir por una ventana. Pero al tratar de salir él, una enorme viga le cayó encima y cayó tendido con gran dolor y su corazón dejo de latir, en ese momento su burru comenzó a rebuznar insistentemente. Las personas y niños que contemplaban la escena no pudieron hacer nada y se echaron a llorar. Pero en ese momento una enorme y brillante luz les sorprendió a todos desde el interior de la casa. Nadie podía ver lo que sucedía dentro. Pero dentro de la casa el hada buena que había encontrado a Esteru cuando era un bebé, apareció junto a él y le susurró:
«¡¡Y nosotros te ayudaremos!!» dijeron todos los enanucos.
Y desde entonces todas las navidades, Esteru recorre todos los rincones de Cantabria con su burru repartiendo juguetes y regalos a los niños para que sean felices.
Categoría:Cibercuentos, Personajes típicos de navidad
Tradicionalmente, los adultos suelen explicar a los niños que el último día del año sale el hombre de las narices y ellos suelen imaginar un personaje estrafalario con 365 narices en la cara, sin pensar que el 31 de diciembre ya sólo le queda una. Actualmente, en algunas ciudades o pueblos se organiza un pasacalle con un cabezudo representando al hombre de las narices.
En los pueblos más pequeños, se decía que aparecía en la iglesia para beberse la pila de agua bendita.
En Barcelona era tradición encontrarlo a las 12 en punto del 31 de diciembre en la plaza del Palau, delante de la Llotja, sobre una tarima para que todos pudiesen verlo cubrirse con unas cuantas docenas de sábanas las 365 narices que se suponía que tiene por todo el cuerpo, ya que no le caben en la cara.
Sumándose a estas tradiciones, se encuentra la de Arnedo, en La Rioja, que también alimentaba la leyenda del hombre con tantas narices como días tiene el año y que, por el contrario a lo que ocurre en la tradición catalana que habla del día 31, acostumbraba a pasear por la localidad el día 1 de enero, según los viejos del lugar.
Este personaje tiene un origen y tradición distinta de Santa Claus y de Papá Noel. El niño Cristo (Christkind o Kris Kringle) es el personaje que, tradicionalmente, trae los regalos en el sur de Alemania, Suiza, Austria, Tirol del Sur y Liechtenstein. En Alemania, desde la década de los años 1990, Kris Kringle tiene una competencia cada vez más fuere por parte de «Weihnachtsmann» la versión estadounidense de Papá Noel.
Generalmente, Kris Kringle es representado como un niño con el cabello rubio y alas de ángel. Martín Lutero lo pensó como una representación de Jesús encarnado en un niño.
La forma «Kris Kringle» es una adaptación al inglés y no es muy conocida en Alemania.
Categoría:Cibercuentos, Personajes típicos de navidad
El Olentzero es un carbonero mitológico que trae los regalos el día de Navidad en los hogares vascos. Se trata de una tradición arraigada en las montañas de Navarra y Guipúzcoa, y partes de Álava cuyo origen parece estar en la zona de Lesaca se ha popularizado en el País Vasco, Navarra y el País Vasco francés desde las últimas décadas del siglo XX por lo que actualmente está considerado como parte ineludible de las Navidades en todos los territorios de cultura vasca.
Categoría:Cibercuentos, Personajes típicos de navidad
Comenzamos nuestro especial de navidad preparándonos con nuestro Belén de papel. San Jose, la Virgen María, el niño Jesús, el ángel, y la estrella. Y para que no le falte de nada, también la oveja. Todo esto usando como técnica la papiroflexia y origami.
Categoría:Cibercuentos, Papiroflexia y Origami de Navidad
Etiqueta angel, belen, Jesus, navidad, niño, origami, papel, papiroflexia, San José, Virgen María
Categoría:Cibercuentos, Dibujos para colorear
Etiqueta 101 Dálmatas, Babies, colorear, Daisy, Dibujos, Disney, Goofy, infantil, láminas, Mickey Mouse, Minnie, navidad, Pato Donald, Ploto, Rey León, Tiger, Winnie the Pooh
Podría decir de este cuento que así fue, porque así me lo contaron, pero… a los hechos me remito. Como sabéis en Laponia, donde vive Papá Noel, hace un frío terrible, te castañetean los dientes, algunos días se te pegan las pestañas, de los techos de las casas cuelgan unas incisivas y larguísimas estalactitas. En fin…, cabe imaginar que en lugar tan maravilloso como inhóspito, las ardillas usan guantes; los lobos, lustrosas botas de cuero; y los renos, unos graciosos gorros rojos con orlas blancas, que acaban en su punta con una gracioso pompón. ¡Pero qué os voy a contar que no sepáis! O… ¿no sois vosotros de los primeros en salir hacia los mercadillos navideños de las plazas de vuestros pueblos y ciudades, y allí miráis encantados las figuras de Belén, las zambombas, las bolsas de confeti, la nieve artificial… hasta que… lo inevitable, volvéis al hogar con uno de esos maravillosos gorros rojos y blancos sobre vuestras cabezas.
Y mientras Dios no los llamara para ningun mandado, los angeles jugaban a la escondida por el cielo o remendaban nubes rotas.
Una tardecita de verano el angel estaba pintando una nube con acuarela, cuando de pronto oyo la gran voz de Dios:
-Ángel. . .hijito mio. . .¿me oyes?.
Categoría:Cibercuentos, Cuentos infantiles de Navidad
Su nombre era Mrs. Thompson. Mientras estuvo al frente de su clase de 5o. grado, el primer día de clase lo iniciaba diciendo a los niños una mentira.
Como la mayor parte de los profesores, ella miraba a sus alumnos y les decía que a todos los quería por igual. Pero eso no era posible, porque ahí en la primera fila, desparramado sobre su asiento, estaba un niño llamado Teddy Stoddard.
Mrs. Thompson había observado a Teddy desde el año anterior y había notado que el no jugaba muy bien con otros niños, su ropa estaba muy descuidada y constantemente necesitaba darse un buen baño.