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Etiqueta: leer

El Cirro que sólo sabía soñar
Allá en lo alto, pero bien alto; en el techo del mundo, se encontraba el viento hilando grandes cantidades de nubes, las había de todas formas y tamaños y cada una estaba destinada a hacer una tarea en específico, la niebla debía sobrevolar a ras del suelo para humedecer ligeramente las plantas, los cúmulos, que son nubes más esponjosas y blancas viajaban por todo el mundo, acompañando a los aviones, adornando las cimas de las montañas, luego seguían los cúmulonimbos, que eran muy vanidosas porque podían crear rayos y truenos que cimbraban la tierra y también proveían de lluvia el mundo entero manteniendo así la vida.
Sin embargo, el viento ya llevaba tantas horas sentado hila que hila que comenzó a quedarse dormido y así nació un trocito; bueno , mejor dicho un jirón de nube que al despertar notó que no era como todas las demás nubes, ella no podía humedecer las plantas y era tan pero tan ligerita que comenzaba a volar alto y más alto que cualquier cima de montaña.

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Cuento de Udayán

(Dedicado a la memoria de mi madre, mi eterno ángel guardián)

Lejos de aquí y lejos de allá; justo a la mitad, en el ombligo del mundo, fueron a parar una docena de piratas que llevaban muchas semanas  a la  deriva; arribaron a una enorme isla donde encontraron refugio del océano y se dejaron caer en las suaves arenas para descansar; no habían pasado ni un par de horas cuando numerosos ruidos sacaron de su sueño a los piratas; a la orilla de la playa, dos enormes tiburones de piel plateada emergían a toda velocidad devorando todo cuanto estuviera a su paso, pero lo que buscaban con más empeño eran los nidos donde descansaban cientos de huevos de tortugas. Aquella batalla era injusta, ni siquiera las tortugas adultas se podían defender ante los letales colmillos de sus enemigos, en pocos minutos la playa quedó en silencio, como si nada hubiera ocurrido; a lo lejos sólo se distinguían unas cuantas sombras tiradas en la arena, eran tortugas heridas que habían peleado con fuerza en su afán de defender sus preciados bebés, atónitos, los piratas que aún asustados se encontraban en la playa, se acercaron a las tortugas, las ayudaron,  y con lo poco que tenían las curaron; entre aquellas valientes había una que era enorme, de caparazón azulado y piel gris verdosa y agrietada, se podía ver que no era su primer batalla y al mirarla a los ojos se podía ver que el paso del tiempo se los había hecho sabios y profundos, como los inmensos abismos que siembran el fondo de los océanos.

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Bhuhb y las flores
Un día, Bhuhb -que es un gnomo muy elegante-, buscaba flores para adornar su casa, pero Bhuhb es amigo de las flores del bosque y no las arranca si no que les pide que se vayan con él.

La señora Margarita le dijo que no podía ir a la casa de Bhuhb porque estaba cuidando a la señora Rosa que estaba enferma.
Bhuhb, que era un gnomo muy inteligente, revisó a la señora Rosa y se dio cuenta de que lo que le faltaba era agua.

Entonces le ofreció llevarla a su casa para darle un poquitito de té. Así fue que desde entonces todos los martes a las cinco, Bhuhb, la señora Margarita y la señora Rosa toman el té.

Las Aventuras de Bhuhb. Textos de Federico Joselevich e ilustraciones de Paola Stefani. Textos © 1998-2007 by Federico Joselevich. Ilustraciones © by Paola Stefani.

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Bhuhb y el caballo loco
Un día, el gnomo Bhuhb fue a la granja. A Bhuhb le encantan los animales. En la granja había patos, chanchos, vacas, gallinas y caballos. Bhuhb le pidió permiso a la vaca Aurora para poder entrar.
–Entrá, pero tené cuidado con el caballo loco –le contestó la vaca Aurora.
-¿Dónde está el caballo loco? –preguntó Bhuhb, que era un gnomo experto en psicología.
–Está en aquel establo –le contestó la vaca mientras se iba a jugar a las cartas con el chancho Juancho.

Bhuhb entró en el establo. se acercó al caballo y le dijo:

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Bhuhb y el anillo mágico
Todos los sabios saben que en el mundo hay muchos anillos mágicos. Algunos sirven para unas cosas, como el que se usa para hacer crecer a las flores y otros sirven para otros como el de Ktlytk que es un anillo de chocolate que nunca se acaba. Bhuhb tiene un anillo mágico.
Pero el anillo de Bhuhb es muy especial. ¿Sabés que tiene adentro? El anillo de Bhuhb tiene adentro a todos los arcoiris del mundo. Y este es el trabajo de este gnomo tan simpático: cuando ve que hay lluvia, mira a su anillo y lo abre. Entonces, invita a todos los arcoiris a salir a pasear. Pero los arcoiris son invisibles si no hay sol. Por eso es que hay que estarse atento cuando llueve y hay sol, porque ahí es cuando uno puede llegar a ver a un arcoiris.

Las Aventuras de Bhuhb. Textos de Federico Joselevich e ilustraciones de Paola Stefani. Textos © 1998-2007 by Federico Joselevich. Ilustraciones © by Paola Stefani.

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Bhuhb en la montaña

En la montaña vive Balarad, el Oso Montañés, que duerme todo el invierno, y cuando se despierta tiene muy buen humor, pero está tan dormido, que se tropieza con los árboles, pero con los árboles grandes que se pueden defender, no contra los chiquitos que se quebrarían.
Balarad, es un oso muy divertido, rojo como el otoño, y con unos dientotes muy grandes que los chicos usan para medir si está bien de largo el soporte de los barriletes.
A Balarad le encantan los barriletes y es campeón de remontada de barriletes.

Una vez levantó uno que se enganchó en una estrella y tuvieron que cortar la soga. Con lo que tuvimos la primera estrella con barrilete. Luego se puso de moda y todas las estrellas bajaban a tratar de agarrar un barrilete. Balarad fabrica sus propios barriletes. Los hace de papel hojas secas de árbol y de ramitas que se cayeron. Las sogas se las manda a pedir especialmente, porque son sogas de seda de gusano de seda, por lo que remontar uno de los barriletes de Balarad es una cosa muy agradable para las manos.
Lhahl siempre quiere quedarse con una de las sogas para atarse el pelo, pero nunca se las pide porque es muy tímida.

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Cuento de Alíbaba y los cuarenta ladrones
Había una vez un señor que se llamaba Alí Babá y que tenía un hermano que se llamaba Kassim. Alí Babá era honesto, trabajador, bueno, leñador y pobre. Kassim era deshonesto, haragán, malo, usurero y rico.Alí Babá tenía una esposa, una hermosa criada que se llamaba Luz de la Noche, varios hijos fuertes y tres mulas. Kassim tenía una esposa y muy mala memoria, pues nunca se acordaba de visitar a sus parientes, ni siquiera para preguntarles si se encontraban bien o si necesitaban algo. En realidad no los visitaba para que no le salieran pidiendo algo.

Un día en que Alí Babá estaba en el bosque cortando leña oyó un ruido que se acercaba y que se parecía al ruido que hacen cuarenta caballos cuando galopan. Se asustó, pero como era curioso trepó a un árbol.

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Cuento del Aburrimiento
La lluvia cae sin cesar sobre el parque desolado del inmenso castillo. Los pájaros asustados se esconden debajo de los cobertizos y los cisnes blancos del estanque se refugian en una cabaña que el rey mandó construir para protegerlos.

Laura, la princesa, aburrida mira el paisaje gris que se extiende de su castillo hacia el infinito. Nada la distrae de su cansancio y de su aburrimiento. Sola, abandonada de todos inventa juegos y amigos que no acuden para distraerle. Que largo y pesado es el día. No ocurre nada, no viene nadie para amenizarle las horas que se suceden unas detrás de otras.

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Cuento del avión sin pasajeros
En una noche tormentosa como las que suelen haber en los altos paramos andinos con rayos, truenos y centellas, Miguel escuchaba un nuevo ruido como el ronroneo de un lejano motor pero este se acercaba rápidamente.

En ese instante penso Miguel; a Dios caracha quien será el loco que esta volando ese avión por estos lados. Cuando de improviso escucho un nuevo estruendo casi cerca de la casa, volvió a pesar para su interior ¡Caramba se estrelló ese hombre…!

Resolvió levantarse de la hamaca y vestirse rápidamente, llamo a gritos a sus tres hijos varones mientras María su esposa despertaba preguntado;

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