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Etiqueta: historia

Historia del Oso Inmortal

Érase una vez un oso llamado Coliso, que tenia 123456385 años. Pero no era viejo era un niño. No conocía a nadie porque no había salido nunca de su casa.

Un día salió y otro oso le preguntó:»¿cuantos años tienes?» Y el osito, Coliso, le respondió: «yo tengo 123456385,¿y tú? «El otro oso le contestó: «¿Yo?.Yo tengo 6 ¿como no estás muerto ya?». Y Coliso le dijo: «yo, no se.»

Coliso le dijo:»¿ te cuento un secreto?. Y dijo: «sí». Coliso le contó que él era un hijo de un hada y su padre era un mago, y que por eso él era inmortal por eso el podía vivir miles y miles de años y le contó una historia de su vida…

Cuando terminó le dijo que si quería ser su amigo y le dijo que sí … Coliso empezó a ir a la escuela y tuvo muchos amigos y el oso y su familia fueron felices y comieron pollos asados. Colorin colorado este cuento se a acabado……..

FIN POR FIN.

Cuento escrito por Alba Robles.

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El Osito que se enfermó

Había una vez en un gran bosque, con árboles enormes y grandes ríos, un osito a quien le gustaba jugar, correr, hacer travesuras y sobre todo acercarse a las casas de los humanos y comer de los basureros, un buen día: enfermó y sus papás se preocuparon mucho al ver que su hijito no mejoraba, así que lo llevaron con los grandes osos, los mas sabios del bosque, y ahí explicaron que su hijo ya no quería comer y le dolía mucho el estomago  Los grandes osos hablaron así: Su osito esta así porque va a los basureros de los humanos a comer basura teniendo comida sana dentro de los ríos con solo pescar y si sigue así nunca va a mejorar, el papá oso le echó la culpa a la mamá osa, y la mamá le hecho la culpa al papá, así que los grandes osos exclamaron ¡basta de culparse entre si, los dos tienen la culpa por no enseñar a su hijo a comer sanamente y permitir por su propia comodidad que el osito haga lo que quiere. los papás del enfermo quedaron muy apenados y reconocieron su culpa.

Llevaron a su hijito al río y le ensañaron a pescar y al comer debidamente, el osito sanó.

De nuestra compañera Gabriela.

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Historia de un caballero valiente

Érase una vez un gran caballero que le gustaba mucho las batallas y siempre llevaba una capa roja. En una batalla de una  comunidad llamada Andalucía, luchó contra los Árabes en la Alcazaba de Almería.
Primero tuvieron que pasar la muralla que rodeaba todo Almería.
Luego tenían que subir a lo alto de ese pueblo.
Después tenía que subir por grandes piedras con la cabeza de cabra, que era de hierro, para derribar las puertas de la puerta de la Justicia.
Por último tenían que luchar contra los Árabes.
El joven caballero luchó y luchó hasta no poder más.
El gran esfuerzo valió la pena y como el era cristiano y sus enemigos eran árabes, desde ese momento la alcazaba es una parte cristiana y dos musulmanas.

FIN

De nuestro compañero Sergio.

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Historia de los Conejitos de colores

Había una mamá coneja que tenía muchos conejitos. Todos eran muy blancos. Y también, como todos los niños eran muy juguetones y un poquito locos. Así que siempre estaban jugando por el campo.

Pero un día todo el paisaje apareció también blanco. ¡Había nevado!. y la mamá coneja, cuando fue a buscar a sus pequeños no los podía encontrar porque como eran blancos, se confundían con la nieve. Entonces fue a buscar pinturas y pintó a sus conejitos de todos colores.     ¡Ahora sí podía verlos fácilmente jugando en la nieve blanca! Todo anduvo bien hasta que un día, al mirar al campo, no pudo encontrar nuevamente a sus conejitos queridos. ¡Había llegado la primavera con todo su esplendoroso colorido!

Entonces llamó a sus niños y uno a uno los lavó y los volvió a dejar de su color natural, el blanco.

Ahora los podía observar tranquilamente como corrían por el florido campo. Estaba muy feliz.  Hasta que un día, pasado el tiempo… ¡volvió a nevar!… y este cuento vuelve a comenzar…

De nuestro compañero Francisco Rojas de Peñaflor.

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Historia de la ranita «CROAC-CROAC»

Érase una vez una ranita. Todos la llamaban la Ranita «CROAC-CROAC». Se pasaba las horas y las horas croando sin parar. Tomaba el sol en lo alto de una roca en medio de un riachuelo, era su isla. Los peces le decían :
-Ranita deja de cantar que si no nos caza el pescador.
Pero la ranita seguía cantando y cantando. También le decía el pescador:
-Verás como al final la ranita cantarina me espanta los peces.
Pero ella seguía y seguía croando encima de su roca. Por el riachuelo también había dos patos blancos, iban y venían por las orillas buscando, entre los juncos, saltamontes saltarines…»ranita, ranita callaté», decían una y otra vez, temerosos de que el croac croac de la ranita terminara por espantar a los saltamontes.
Aunque la mañana era soleada, por el cielo azul comenzaron a navegar unas gordas y oscuras nubes… y, de repente comenzaron a caer gotitas de agua, cada vez con mas intensidad, hasta que el sol se escondió en una cueva de nubes y la lluvia caía como una cortina transparente…La ranita continuaba en lo alto de su roca…y no paraba de cantar.
Los pececillos ante aquella inesperada lluvia se refugiaron en el fondo del riachuelo… para no mojarse… los patos, meneando su colita se refugiaron debajo de un puente cercano, temerosos de despeinar su blanco plumaje… y el pescador, recogió su sedal, sus anzuelos y su caña y de una carrera se marchó a su casa. La ranita continuó en su isla, cantaba y cantaba con su croa-croac-croac.. y otra vez croac-croac-croac…
Las nubes oscuras se tornaban blancas…y la cortina de lluvia despareció…el cielo volvió a ser azul celeste como la flor del romero… ¿Y sabéis que ocurrió?, pues que después de la lluvia apareció el Arco Iris, majestuoso como un príncipe vestido de siete colores, ocupaba todo el cielo, brillaba como las luciérnagas en las noches de verano…el Arco Iris sonrió a la ranita y no le dijo que se callara…la ranita lo miró y le guiñó un ojo… El Arco Iris era grande y redondo…y los pececillos no lo vieron porque estaban sumergidos en fondo del riachuelo, los patos tampoco lo vieron, estaban bajo el puente… y el pescador tampoco pudo disfrutar de tanto color porque se marchó a su casa. Solo la Ranita Croac-Croac lo pudo ver y disfrutar porque siguió en su roca en medio del riachuelo cantando y cantando.

De nuestra amiga Ara Barra Manzano
con especial cariño a su padre

Foto de la niña que escribió el cuento

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Historia de la hechicera y el hombre hoja
Empezaré por contarles la historia de la bruja hechicera y el hombre hoja una leyenda fabulosa muy antigua y nos tenemos que remontar a la edad media.
Érase una vez una bruja hechicera muy malvadaque vivía en una casa ella sola alejada del pueblo en lo profundo del bosque donde allí día tras día ella vivía tranquila y recogiendo plantas y animales para hacer sus misteriosas pócimas, la gente la tenia mucho miedo porque sabia que era bruja y era muy mala y que practicaba con magia negra y otras cosas y se sabia muy poco de ella pues siempre había vivido ella sola ahí en esa casa en lo profundo del bosque y lo poco que se sabia era de oídas, así pasaba el tiempo hasta que un día un hombre de la villa cercana aquel bosque se fue a dar un paseo por el bosque, pero ese día quiso adentrarse mucho mas en el bosque hasta sitios donde no había estado anteriormente por simple curiosidad, este hombre no sabia de la existencia de aquella vieja bruja que habitaba en lo profundo de aquel bosque, con lo cual el se adentro mas y más, asegurándose de cuando en cuando por donde había venido para después volver, entre esto que se le hizo tarde y empezó a atardecer, era otoño y ya el cielo estaba algo gris y tanto se adentro que con la oscuridad y la profundidad del bosque no se acordaba ya por donde había venido con lo cual empezó a dar vueltas y vueltas con tan mala suerte que en vez de ir hacia su pueblo se adentraba cada vez mas y mas en aquel profundo bosque, era la noche y el hombre estaba asustado pues no sabia que hacer no daba con ninguna salida ni camino, en esto que vio una luz a lo lejos y decidió ir hacia a ella, pues allí probablemente habría alguna casa o caserío donde habría alguien que le podría indicar alguna salida de aquel bosque, a medida que se acercaba vio que esa luz venia de una casa, y como estaba perdido fue allí a preguntar como se iba hacia su pueblo o alguna otra villa donde le pudieran indicar el camino de vuelta.
Llamo a la puerta y pareciese que no hubiera nadie, nadie le abrió. El hombre volvió a insistir y llamo por segunda vez y tercera vez, ya desesperado se iba a marchar pensando que aquella casa probablemente estuviera abandonada o no estuviesen los dueños por lo antigua y cochambrosa, pero se dio la vuelta para marcharse y entonces oyó una voz que dijo:»ya voy»,y una mujer anciana y misteriosa que era la bruja hechicera ni mas ni menos le abrió la puerta y le dijo:»pasa joven»,a esto el hombre se quedo un poco asustado tanto por el miedo que daba la anciana y decepcionado porque pensó que aquella anciana no le podría indicar el camino de vuelta pese a sus años, el hombre la dijo vera es que me perdido y querría saber como se vuelve hacia la villa, y le dijo la anciana:»tu pasa, pasa no te preocupes que yo te diré «y entonces el hombre paso pues no le quedaba otro remedio y esperando que aquella mujer le indicara el camino de vuelta paso a aquella antigua y misteriosa casa que solo con verla desde fuera metía miedo, y pasaron al  salón de la casa donde la mujer le saco unos dulces y unas pastas y le dijo que comiera algo y estuvo conversando con el pues la mujer a pesar de todo se sentía sola y que alguien pasara por aquellos lugares era muy raro y aprovecho la ocasión, al hombre todo aquello le pareció muy bien en un principio porque además tenia mucha hambre pues llevaba caminando toda la tarde por el bosque sin probar bocado y la hospitalidad de aquella anciana le gratifico mucho, pero el quería irse a su casa y insistió una vez mas en si sabia como volver a la villa y la bruja anciana otra vez mas pareció hacerse la sorda y le cambio de tema diciéndole que si el creía en supersticiones y en la magia. A aquello el hombre la respondió que no creía y que todo aquello le parecía cosa del diablo, a lo que contesto la vieja que para nada que era un tema muy interesante y que ella misma practicaba y hacia pociones y hechizos, a lo que el hombre se estaba quedando blanco por momentos pues esos temas le daban mucho miedo, entonces le pidió que porque no probaba una de sus pociones para ver si realmente funcionaban y a cambio ella le diría el camino de vuelta, y puesto que el hombre tenia muchas ganas de llegar a su casa ya por fin, accedió al trato de la vieja bruja.
Entonces le hizo pasar a un cuarto que había al fondo de la casa donde ella preparaba sus pócimas y brebajes y le pidió que se sentara, a esto el hombre dijo que, que clase de pócima le iba a dar, y la vieja tranquilizándole le dijo que solo era una pócima para el rejuvenecimiento y que si se la tomaba se sentiría mucho mas joven y atractivo a lo cual el hombre encantado accedió a tomarla, lo que en realidad no sabia aquel hombre es que la vieja bruja experimentaba con otras cosas, con magia negra, ella ansiaba conseguir transformar a un ser humano en un ser mitad humano, mitad planta o mitad humano, mitad animal, en este caso pensó darle aquel hombre la pócima de mita humano, mitad planta haber que pasaba y según los cálculos y libros que se había leído de antiguas brujas que habían conseguido obrar aquel horrible hechizo el hombre tendría que mutar de tan horrible forma que le saldrían hojas por todo el cuerpo y raíces por lo que quedaría así por los restos a no ser que se hiciera un contrahechizo para liberarle de aquel hechizo mitad hombre, mitad planta, el hombre se lo bebió mientras la mujer conjuraba unas palabras de un libro que saco de la vieja estantería del fondo un libro lleno de polvo muy viejo y antiguo en el cual se daban cita a manifestaciones a antiguos demonios y mientras el se lo bebía ella iba pronunciando frases raras que el hombre no entendía pero no le dio demasiada importancia y pensó que formaría parte del ritual y una vez acabado el hechizo el hombre se empezó a poner algo mal y la vieja le dijo que no se preocupara que eso solía pasar pues ella ya lo había practicado antes a otras personas y eran meros efectos secundarios sin importancia, la anciana mujer acompaño al hombre a la puerta y le indico como se volvía a la villa pues ella se conocía como la palma de su mano aquellos lugares, y la anciana con una sonrisa malvada todo el tiempo se despidió de él, ella estaba ansiosa de ver los efectos, por lo cual le siguió a escondidas, el hombre empezaba a tener fuertes sudoraciones y picores, ya le estaban empezando a salir manchas verdes en la piel la malvada anciana se regodeaba en su maldad al ver que el hechizo daba sus frutos espiándole desde entre los arbustos, seguía el camino y el hombre estaba nerviosismo no para de rascarse y la vieja sabia que los efectos eran rápidos y no tardarían en salirle las hojas, en efecto le empezaron a salir hojas de las costras y pústulas de aquel picor que tenia y el hombre se fue corriendo gritando totalmente angustiado por tan horrible suceso, la anciana se volvió para la cabaña con su sonrisa malvada y contenta al ver que su hechizo era real y daba sus frutos.
El hombre siguió corriendo ya sin saber a donde pues incluso de los nervios se había vuelto a desorientar adentrándose a lo mas profundo de aquel bosque y allí estuvo vagando horrorizado viendo como cada vez le salían mas hojas y ya alguna raíz que otra, y maldiciendo aquella vieja bruja hechicera que le había transformado en un monstruo, el hombre desesperado daba tumbos de un lad
o a otro sin saber a donde corría pidiendo auxilio pero desgraciadamente allí nadie lo oía, pasaron las horas y ya estaba casi completamente cubierto de hojas por todo el cuerpo; el hombre decidió que no quería ir así a la villa y que todo el mundo se espantase de él, con lo que aprendió a vivir allí entre esa naturaleza tan hostil alimentándose de frutos y vainas y permaneciendo allí como si de un animal de la fauna mas se tratase, se fue haciendo huraño y ya solo quería estar en aquel bosque pues pensaba que jamás habría una cura para su horrible monstruosidad, una cura para aquel hechizo que aquella vieja bruja le practico y la gente no lo aceptaría como tal y lo quemaría en la hoguera por monstruo o por demonio.
Paso el tiempo y gente que se adentraba en aquel bosque les pareció ver un hombre de aspecto verdoso con hojas por todo su cuerpo entre los árboles y arbustos y corrieron atemorizados, con lo que en mucho tiempo nadie se atrevió a adentrarse en lo profundo de aquel bosque por la leyenda del hombre hoja.
Y así es como surge la leyenda del hombre hoja dicho ser visto por muchos habitantes de aquella y otras villas y formar parte de las leyendas y seres fabulosos de aquella época.
Pero la historia continua….

De nuestro compañero David – 20 años

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2ª Parte de la historia de la hechicera y el hombre hoja
Tiempo después ya pasados muchos años de terrible castigo para aquel hombre hoja conllevando aquella monstruosidad pareciera como si el destino le hubiera querido premiar teniendo la suerte de poder volver a ser una persona normal, y esto sucedió cuando él, un día de tantos vagando por el bosque con su monstruosidad como si de un animal ya se tratase dio con una casa muy antigua también como la de aquella anciana bruja, en la cual vio luz dentro y no se sabe porque pero decidió llamar pues en su mente ya primitiva y casi animal le recordó a la casa de aquella anciana bruja que le hizo aquello, cosa que nunca olvidaría y pensó que allí igual viviría otra anciana hechicera o algo por el estilo, con tan buena suerte, se abrió la puerta y apareció una señora mayor con algo mejor pinta que aquella vieja bruja que le practico aquel horrible hechizo pero que también era curandera y sabia algo de magia, algo había practicado por lo cual al ver aquella horrible criatura en un primer momento se espanto y cerro la puerta pero luego al ver que aquella criatura era inofensiva y incluso emitía palabras decidió hacerle pasar imaginándose que se trataría de algún enfermo o hombre con esa deformidad, la mujer sin dejar de estar asustada en todo momento porque aquello imponía le hizo pasar a su casa y sentó en el comedor, ella le pregunto que, que le pasaba porque estaba así si era algo de nacimiento o ya se imaginaba la señora que igual por algún conjuro, a lo cual el hombre dijo con voz roca y casi inteligible:»¡¡CONJURO!!»,entonces la señora le dijo que no se preocupase que ella sabia algo de conjuros y hechizos y trataría de ayudarle, entonces se fue a su cuarto donde tenia todos los libros de magia que ella conocía, y estuvo mirando sobre conjuros de transformar hombres en plantas y en ninguno encontraba nada pues ella solo practicaba la magia buena, la magia blanca pero si que tenia un libro de casualidad de otras magias muy antiguo que la regalo su tía ya difunta en el cual si que hablaba de hechizo y contrahechizos para transformaciones de hombres en planta y animales, con lo que le dijo que ya lo había encontrado, entonces la mujer se aplico y estuvo días consiguiendo plantas raras y demás cosas para preparar aquella poción que en libro venia como contrahechizo, lo que la faltaba era el libro que poseía aquella anciana bruja, la que le hizo el hechizo en el cual venían citados los espíritus y entidades malignas que lo habían sometido aquel conjuro, y entonces decidió buscar entre amigas suyas que practicaban también la magia o la videncia y pensó que una que era ya muy mayor de todas ellas, la mas mayor que conocía, que vivía en una vieja casa igual tenia ese libro o alguno parecido, entonces llamo a la casa de la anciana, una señora muy mayor de casi 90 años la cual se alegro al verla, pues era una señora muy agradable y la dijo que pasara y tomara algo, entonces la mujer la dijo que andaba buscando ese libro a lo que la anciana contesto que como se la ocurría, que tuviera mucho cuidado con esas cosas pero la mujer la explico que era para ayudar a un joven al que le habían hecho un horrible hechizo y necesitaba ese libro para completar el contra-hechizo entonces la anciana la dijo que si que le tenia pues ella también había investigado algo de la magia negra y se dejo con la condición de solo leyera del libro lo justo y necesario pues sino podría destara terribles espíritus, demonios y maldiciones.

La señora la dijo que no se preocupase que así lo haría, y se marcho a su casa ya con la pócima lista y el libro en mano le dijo que intentaría curarle de aquel horrible conjuro, se tomo la pócima mientras la mujer citaba unos pasajes que manifestaban otros espíritus que serian los encargados de liberarle de aquel terrible hechizo y devolverle a la normalidad; una acabado ya el contrahechizo como si por arte de magia y nunca mejor dicho se tratase rápidamente se le empezaros a caer las hojas y las raíces de su cuerpo quedando libre de aquel monstruoso hechizo y el hombre feliz y contento recobro la normalidad mental poco  a poco y la dio las gracias pues ella había sido su salvadora.
Y así termina la historia del hombre hoja y el hombre jamás olvidaría aquella experiencia desde entonces creyendo en aquellas cosas y procurando no volverse adentrar en aquel bosque.
De nuestr compañero David – 20 años

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Historia del Delfín Graciano
Graciano era un delfín fuerte y bueno que vivía en el Océano Pacífico, junto a unas islas muy bonitas.
Un día, mientras estaba jugando con unas algas en el fondo del mar, sus amigos los otros delfines se fueron persiguiendo a unos pececillos y ya no volvieron, así que Graciano ya no tenía amigos delfines con los que nadar, aunque era amigo de otros animales, como la medusa Aurelia, que era blanca y transparente y flotaba graciosamente en el agua, y la tortuga Presurosa, que era muy vieja y sabía un montón de cosas.
Un día la medusa Aurelia se acercó a Graciano rápidamente y le dijo:- ¡Cuidado, Graciano! He visto a unos tiburones que vienen hacia aquí. Son malos y están persiguiendo a unos atunes para comérselos. Yo voy a alejarme de prisa, y te recomiendo que hagas lo mismo – y dicho esto, salió nadando con sus largos filamentos.
Pero el delfín no tenía miedo de los tiburones, y sí curiosidad por saber qué era lo que estaban haciendo. Porque habéis de saber que los delfines son los únicos animales marinos que se atreven a enfrentarse con los tiburones: porque si los tiburones tienen dientes muy afilados y pueden ser de gran tamaño, los delfines son muy fuertes y saben embestir valientemente con su cabeza. Por éso se quedó para ver qué pasaba. Y así fue como vio venir a varios tiburones detrás de una bandada de atunes, que son unos peces muy gordos y sabrosos.
Como los tiburones son muy fieros, a veces persiguen a otros peces aunque no tengan hambre, y era esto lo que pasaba: que se comían a los atunes sin ganas. Esto no gustó nada a Graciano, que pensaba que sólo debían cazarse los peces que hiciera falta para comer, y así se lo dijo al tiburón que parecía el jefe:- ¡Eh, tiburón! Sois unos abusones: ¿por qué no dejáis en paz a los atunes si ya habéis comido lo suficiente?
Y el que parecía el jefe le respondió: Tú no te metas, delfín. Haremos lo que queramos. ¿O es que nos lo vas a impedir?
A Graciano no le gustó nada esta respuesta y le dijo: Pues ahora verás.
Y tomando impulso dio un fortísimo cabezazo al tiburón. Antes de que pudiera reponerse, ya le había dado otro cabezazo. El tiburón se escabullía e intentaba morder al delfín, pero todavía recibió más golpes, hasta que se dio por vencido y por fin dijo: ¡Vámonos de aquí!
Pero antes dio a traición una dentellada al delfín y le hizo una herida debajo de la aleta.
Graciano estaba contento porque había puesto en fuga a los tiburones, pero le dolía la herida y decidió consultar con su amiga la tortuga Presurosa.
– Lo mejor que puedes hacer –le dijo la tortuga– es salir a la superficie y dejar que el sol y el viento sequen la herida. Hay cerca de aquí una isla que tiene una playa muy agradable: si vas a ella y te estás quieto, en unos pocos días te pondrás mejor.
Y así lo hizo. Nadó despacito hasta aquella isla y se tendió en la arena dorada a recibir la caricia de la brisa y del sol. Así estuvo un buen rato, cuando de pronto, creyó oir:- Eh, delfín, delfín…
Graciano no sabía de dónde salía la vocecilla que le llamaba, hasta que oyó:
– Delfín, soy yo, la palmera…
Y es que había una palmera de grandes hojas mecidas por el viento, que le estaba hablando.
– Vaya, palmera, perdona que no te contestara. No sabía que eras tú la que llamaba: yo pensaba que los árboles no hablaban.
– Claro que hablamos… Pero para oírnos hay que saber escuchar. Mira, delfín, creo que te puedo ayudar. En esta isla hay un acuario con muchos peces, focas y delfines. El dueño del acuario viene por las tardes a pasear por esta playa: es una buena persona y si te ve seguro que te lleva para que te curen esa pequeña herida. Lo que tienes que hacer es sólo estar aquí muy quietecito.
A Graciano le gustó aquello. Si había delfines en el acuario a lo mejor podía hacer amigos y además allí le ayudarían a que se curara. Así que hizo caso de lo que la palmera le decía y se estuvo muy quietecito.
Y así fue como, al caer la tarde, vio venir a un señor con una niña de la mano. Cuando se acercaron, la niña dijo:
– ¡Mira, papá! Un delfín en la arena… ¡Qué bonito es! Pero mira, parece que tiene una herida…
El hombre se acercó y examinó a Graciano, que tenía un ojo cerrado pero el otro medio abierto para ver lo que estaba pasando. Dijo:
– Vamos a llevarlo al acuario para curarlo. A lo mejor quiere quedarse a vivir con nosotros.
Y llamó a una furgoneta-ambulancia. Allí metieron a Graciano y se fueron todos a la enfermería del acuario. El delfín estaba agradecido a la palmera, y al irse le dijo adiós con la aleta.
En el acuario conoció a muchos animales y vivió contento porque tenía amigos delfines con los que jugar. Todos los señores del acuario conocieron su nombre porque se lo había dicho en el lenguaje de los delfines a la niña, que sabía entenderlo. De vez en cuando, se escapaba a ver a sus antiguos amigos, la tortuga Presurosa y la medusa Aurelia, y al volver pasaba a saludar a la palmera.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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Historia de una luz en la oscuridad

Había una vez, en un pequeño poblado, donde todavía se suele ver casas construidas de  piedra, lodo o madera; se llega a observar la extrema pobreza, en la cual viven muchos niños que no tiene la oportunidad  de estudiar  o de jugar, debido a que tiene que ayudar a sus padres en todo lo que puedan, sin importar su corta edad. Desde el centro del poblado, se puede observar su hermoso parque, en el cual se encuentra un kiosco, rodeado  de una diversidad de flores de diferentes colores, aromas y formas. En este pequeño lugar, se suele concentrar  cierta parte de la población,  niños muy pequeños que apenas se están enseñando a caminar, hasta jóvenes de aproximadamente unos 25 años de edad. Los niños más pequeños van a jugar a las escondideras, correteadas o andar con su bicicleta, dando vueltas y vueltas  muchas veces hasta cansarse. Muy pocos de estos suelen ir acompañados por sus papás. Los jóvenes se reúnen a platicar  con sus amigos, otros más ocupan esos lugares para  ir  a beber alcohol o a fumar, sin importarles quienes más vayan a este lugar.

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